El origen de esta práctica tiene sus antecedentes en el año 2017, cuando el equipo directivo comenzó a impulsar el trabajo colaborativo, plasmándolo en su Proyecto Educativo Institucional (PEI). Una de las razones de fortalecer y potenciar el trabajo colaborativo entre docentes y el equipo directivo, fue la visión compartida de mejorar los resultados educativos y formativo de sus estudiantes. Para esto, consideraron necesario promover una cultura de uso y análisis de datos de resultados de evaluaciones internas y externas, que les permitieran diseñar, en conjunto, acciones para el Plan de Mejoramiento Educativo.